«Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; la mujer que teme a Jehová, ésa será alabada.»

Proverbios 31:30

CONTEXTO

El libro de Proverbios concluye con una descripción de la mujer virtuosa, un poema acróstico que cada verso comienza con una letra del alfabeto hebreo. Este pasaje, escrito por el rey Lemuel basado en los consejos de su madre, resalta las virtudes y el carácter piadoso que debe poseer una mujer. En una época y cultura donde el valor de una mujer a menudo se medía por su apariencia y habilidades domésticas, este poema destaca la importancia del temor de Dios sobre la belleza exterior.

TRES RAZONES PARA CAMBIAR

I. EL ENGAÑO DE LA GRACIA Y LA BELLEZA

La gracia y la belleza son temporales y pueden ser engañosas. Las apariencias pueden crear una fachada que no refleja el verdadero carácter. Este versículo nos recuerda que la gracia y la belleza, aunque apreciadas, no son el fundamento sobre el cual se construye un carácter piadoso de una mujer. La mujer que a Dios agrada no pretende engañar por las apariencias externas. Busca desarrollar un carácter que honre a Dios, sabiendo que Él exalta lo que hay en el corazón.

1 Samuel 16:7 – «Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.»

II. EL VALOR DEL TEMOR DEL SEÑOR

El temor del Señor es el comienzo de la sabiduría y el fundamento de una vida recta. Una mujer que teme al Señor es alabada no por sus atributos físicos, sino por su relación y obediencia a Dios. La mujer que teme a Dios prioriza su relación con Él sobre cualquier otro aspecto de su vida. Su verdadera adoración viene de vivir una vida que agrada a Dios.

Proverbios 1:7 – «El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza.»

III. LA ALABANZA A LA MUJER PIADOSA

La mujer que teme al Señor es digna de alabanza. Su valor trasciende la superficialidad y se basa en su devoción y servicio a Dios. Este tipo de mujer deja un legado duradero y firme. Busca ser una mujer cuya vida refleja el amor y la relación genuina con Dios. Que tus acciones sean testimonio de tu fe y que los demás vean en ti el reflejo de Cristo.

CRISTO ES EL CENTRO

Jesús es el ejemplo supremo de una vida entregada a la voluntad del Padre. Él no se enfocó en la apariencia externa, sino en hacer la obra de Dios. Al seguir a Cristo, somos llamados, hombres y mujeres, a reflejar su carácter y a vivir en el temor del Señor. Imitemos a Cristo en nuestra vida diaria. Busquemos agradar a Dios en todo lo que hacemos, sabiendo que en Él encontramos nuestro verdadero valor y propósito.

PARA MEDITAR

Vivimos en una sociedad que valora en exceso la apariencia física y las cualidades superficiales. Sin embargo, la Palabra de Dios nos recuerda que lo más valioso y digno de alabanza es una vida marcada por el temor del Señor y el reflejo de esta relación genuina, externa e interna.

Devocional Diario

IEB ALBACETE

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