Iglesia Evangélica Bautista de Albacete

La fábrica de ídolos

La búsqueda de esperanza y satisfacción en Dios, en contraste con la idolatría.
Está reflexión está basada en el libro de Timothy Keller “Dioses que fallan”

«En este mundo, hay más ídolos que realidades.»

Friedrich Nietzsche

“El crepúsculo de los ídolos”

Después de que comenzase la crisis económica mundial en 2008, muchos individuos adinerados y con amplios contactos se quitaron la vida. Este trágico fenómeno nos recuerda que la esperanza puesta en riquezas y posiciones es efímera y puede llevar a una desesperación profunda cuando estas cosas fallan. Como escribe Timothy Keller en su libro “Dioses que fallan” pp 1-2, «una curiosa melancolía invade a sus habitantes… aun en medio de la abundancia». La búsqueda de satisfacción en cosas temporales es una forma de idolatría que nunca saciará verdaderamente el corazón del hombre.

El libro de Éxodo nos advierte claramente: «No tendrás dioses ajenos delante de mí» (Éxodo 20:3). Esta instrucción no es solo una prohibición, sino una llamada a encontrar nuestra esperanza y satisfacción en el único Dios verdadero. La idolatría se manifiesta cuando convertimos «un goce incompleto de este mundo» en el centro de nuestra existencia, como señala Alexis de Tocqueville. Esta «extraña melancolía» que puede conducir a la desesperación es el resultado de poner nuestra confianza en cosas que no pueden sostenernos.

La tristeza y la desesperación se diferencian en que la tristeza es un dolor que puede ser consolado, mientras que la desesperación, nacida de la pérdida de lo que consideramos esencial, es inconsolable. Cuando nuestra fuente de significado y esperanza se desvanece, nuestro espíritu se quebranta.

La llamada de Dios a su pueblo

Moisés, al recibir los Diez Mandamientos, fue llamado a liderar al pueblo de Israel fuera de la idolatría de Egipto hacia una relación exclusiva con Dios. Esta relación es la fuente de verdadera paz y esperanza. Dios, a través de Moisés, nos llama a reconocer que solo en Él encontramos la plenitud que nuestro corazón anhela.

Aplicación a nuestras vidas

Hoy, se nos invita a examinar nuestras vidas y a identificar esos «dioses ajenos» que hemos permitido entrar en nuestro corazón. Estos pueden ser el dinero, el éxito, las relaciones, o cualquier cosa que ocupemos en el lugar de Dios. La promesa de Dios es clara: si colocamos nuestra esperanza en Él, no seremos defraudados.

Exhortación final

En un mundo lleno de ídolos, seamos diligentes en buscar a Dios con todo nuestro corazón. Dejemos que su presencia nos llene de verdadera paz y esperanza. Cuando enfrentemos dificultades y pérdidas, recordemos que nuestra esperanza no está en las cosas de este mundo, sino en el Dios eterno que nunca nos falla.

En Cristo,
Pr. Jesús Morcillo

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