1 Juan 5.9-13

El tema más importante que debemos resolver en esta vida es nuestro destino eterno. A lo largo de la historia, las congregaciones de iglesias han estado formadas tanto por creyentes como por no creyentes, y a menudo es difícil notar la diferencia. Esa es la razón por la que Juan escribió su primera carta. Quería asegurar a los verdaderos cristianos su salvación, y hacer una advertencia a quienes profesaban creer pero carecían de la fe salvadora. Juan ofrece un examen que describe las creencias y prácticas de los creyentes genuinos:

1. UNA COMPRENSIÓN CORRECTA DE CRISTO Y DE LA SALVACIÓN

(1 Jn 2.18-27). Para ser salvos, debemos tener el verdadero evangelio y al único Salvador, como se describe en la Palabra de Dios.

2. UNA ACTITUD CORRECTA HACIA EL PECADO

(1 Jn 1.5–2.2). Los verdaderos creyentes aborrecen su pecado y se apresuran a apartarse de él.

3. UNA PRÁCTICA CORRECTA DE OBEDIENCIA

(1 Jn 2.3-6). Los mandamientos de Dios no son gravosos para los que creen en Cristo. Aunque a veces yerran, la dirección general de su vida es de obediencia.

4. UNA RELACIÓN CORRECTA CON EL PUEBLO DE DIOS

(1 Jn 2.7-11). Cristo produce en sus verdaderos seguidores un amor por los demás creyentes, demostrado por el deseo de estar con ellos.

Si usted tiene dudas en cuanto a su salvación, leer 1 Juan le ayudará a aclarar el asunto.