La Iglesia Evangélica Bautista de Albacete tiene sus raíces en el movimiento evangélico que llegó a España a finales del siglo XIX. En un tiempo en que la fe protestante era todavía muy minoritaria y poco conocida en Castilla-La Mancha, hermanos y hermanas que habían encontrado salvación en Cristo comenzaron a reunirse para estudiar la Biblia, orar y proclamar el mensaje del Evangelio de Jesús.
El testimonio bautista en nuestra ciudad se remonta al año 1890, cuando hay referencias de creyentes que se reunían en locales de culto en la calle del Rosario, y más tarde en la calle Tejares, con la ayuda de misioneros y evangelistas que pasaban por la región. Protestante Digital Estos primeros pasos fueron parte de un crecimiento gradual del protestantismo en Albacete, en una época en que el entorno social y religioso no siempre favorecía la presencia pública de nuevas expresiones de fe cristiana.
Ya a principios del siglo XX la comunidad bautista de Albacete contaba con núcleos de creyentes que se encontraban en domicilios particulares, compartiendo la Palabra de Dios y la comunión fraternal con un claro enfoque en Jesucristo como Salvador y Señor.
Uno de los nombres que aparece tempranamente en la historia bautista de la ciudad es el del pastor Ángel Campelo, originario de la Asamblea de Hermanos de Marín, quien fue el primer pastor estable de la iglesia en la ciudad. Fue posteriormente relevado por Francisco País Solla, también vinculado a la obra misionera y a la enseñanza cristiana en la localidad. Protestante Digital
En los años 20 y 30, la iglesia creció y desarrolló estructuras más consolidadas, formando grupos como la Unión Bautista de Jóvenes en 1928, con su primera presidencia liderada por Enrique García Gil (en la actualidad miembro de nuestra iglesia), y participando activamente en la Unión Evangélica Bautista Española (UEBE), organizada en 1929. Protestante Digital En 1930, la congregación de Albacete fue sede de la II Convención Nacional Bautista, con la participación de sesenta delegados de distintas partes de España, lo que muestra la importancia que nuestra iglesia tenía dentro del movimiento bautista en ese tiempo.
Durante esos años nuestra comunidad no solo se fortaleció espiritualmente, sino que también impulsó la obra evangelizadora en varias localidades de la provincia, como El Salobral, Elche de la Sierra, Nerpio, Almansa, El Bonillo y Villarrobledo.
Con el estallido de la Guerra Civil Española (1936-1939), la iglesia atravesó momentos muy difíciles. El local de reuniones en el barrio de La Veleta (calle Juan Sebastián Elcano) fue clausurado y utilizado con fines civiles. No obstante, hermanos y hermanas continuaron celebrando cultos clandestinamente en casas particulares y lugares apropiados, hasta que la libertad religiosa volvió a permitir reuniones formales a partir de 1946, cuando se restableció el culto público.
Este período de resistencia es un testimonio vivo de la fidelidad al Señor Jesús en medio de las circunstancias más duras, confiando en que Cristo es la roca firme sobre la cual se edifica toda verdadera comunidad de fe.
A lo largo de las décadas siguientes, la Iglesia Evangélica Bautista de Albacete ha mantenido su compromiso con la enseñanza bíblica fiel, la predicación clara del Evangelio y la formación de discípulos. Ha formado parte activa, junto con otras congregaciones bautistas, de la Unión Evangélica Bautista Española (UEBE) y de la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España (FEREDE), organizaciones que coordinan la labor evangélica a nivel nacional y sostienen la cooperación entre iglesias. A lo largo de este tiempo, el Señor también ha permitido que de nuestra congregación surgieran nuevas obras y comunidades cristianas en la ciudad. En 1996, un grupo de hermanos salió de nuestra iglesia para constituir una nueva congregación, hoy conocida como Iglesia Bíblica de Albacete, situada actualmente en la calle Cid. De esta manera, nuestra iglesia ha llegado a ser, por la gracia de Dios, iglesia madre de esta obra y de otras iniciativas que han nacido a lo largo de los años, fruto del deseo de extender el Evangelio en Albacete y de atender las necesidades espirituales de la ciudad y sus alrededores. Estas salidas y nuevas comunidades forman parte del legado misionero que caracteriza la historia de nuestra iglesia. Del mismo modo, en distintos momentos de nuestra historia han surgido otras iniciativas y grupos evangélicos nacidos del deseo de extender el Evangelio y atender las necesidades espirituales de Albacete y su entorno.
En los años recientes, la iglesia ha seguido consolidando su vida espiritual y ministerial bajo el liderazgo de pastores y siervos que aman la Palabra de Dios y buscan edificar a la comunidad en la fe. Desde 2019, uno de los pastores que ha guiado la congregación es Jesús Morcillo, nacido en Albacete y dedicado al ministerio pastoral con formación en teología y enseñanza bíblica. El liderazgo también cuenta con diáconos y diaconisas, siervos y siervas que apoyan en áreas de alabanza, orden y servicio, reflejando el cuidado mutuo y la variedad de dones que fortalecen el cuerpo de Cristo.
Hoy, la Iglesia Evangélica Bautista de Albacete sigue siendo un lugar donde se proclama con claridad que Cristo murió por nuestros pecados y resucitó para darnos vida nueva, donde se enseña la autoridad de la Palabra de Dios y se camina en obediencia a Jesucristo. Su presencia en la ciudad no es solo histórica, sino activa, con reuniones semanales de adoración, estudios bíblicos y actividades que buscan alcanzar a la comunidad con el amor de Dios.
Invitamos a todos los que nos visitan a conocer a Cristo, crecer en la fe y vivir la esperanza que solo Él ofrece, porque creemos que el Dios que ha sido fiel desde los primeros días de nuestra iglesia sigue obrando en nuestros días y tiene un propósito para cada vida que se acerca a Él.